Para superar las expectativas de los viajeros, los hoteles deben reinventarse y actualizar sus ofertas continuamente.
De hecho, la experiencia no empieza cuando el cliente llega al hotel, sino mucho antes. El sitio web, las redes sociales y el servicio postventa, por ejemplo, son elementos esenciales para reforzar la calidad de la experiencia. Los comentarios de los clientes existentes también son una forma de inspirar confianza y atraer nuevos clientes. Hoy en día, el viajero no esta solamente buscando una habitación para dormir. Espera vivir un momento excepcional y único.
Los hoteles también deben poder adaptarse a cada tipo de cliente. El viajero de negocios no tiene las mismas expectativas que el turista que quiere visitar o la familia que está de vacaciones. Por lo tanto, los hoteles ofrecen una amplia gama de actividades para satisfacer las expectativas de cada cliente: espacio de co-working, visitas turísticas, área de descanso y relajación, área de trabajo… Se trata de adaptarse a la demanda, preservando la autenticidad y la originalidad del lugar elegido por el cliente.
Aunque es cierto que la tendencia actual es hacia las nuevas tecnologías, también es importante garantizar la calidad de todos los elementos básicos: limpieza, seguridad, calidad del personal y buen funcionamiento de todo el equipo básico.
La diferenciación de un hotel y la personalización de sus servicios atraen nuevos clientes y fidelizan más. El objetivo es innovar para ofrecer servicios que satisfagan las necesidades y expectativas específicas de los viajeros.