“Kids Build Cities”, el nombre que le ha dado su creadora, la arquitecta Naama Blonder, pretende involucrar a los niños en la planificación y desarrollo de las ciudades.
El proyecto nació de una consulta comunitaria en un barrio de la ciudad de Toronto; se trataba la remodelación de uno de sus establecimientos más emblemáticos y la arquitecta estuvo presente en esta consulta. Gracias a su experiencia ayudó a profundizar en el diálogo y preocupaciones de los vecinos, asumiendo que a menudo los ciudadanos no entienden las reglas a las que se enfrentan los proyectistas.
Esto, le llevó a desarrollar “Kids Build Cities”, un juego de mesa que desafía a niños (y no tan niños) a desarrollar sus propias ciudades siguiendo unas reglas aplicables a un entorno real. De este modo, mediante la diversión e interacción, los ciudadanos están más comprometidos y abiertos al diálogo de una planificación común.
El juego consiste en construir bloques urbanos compuestos por: viviendas, bibliotecas, parques, piscinas, tiendas y oficinas. Para ganar, los jugadores deben construir bloques con la mayor multitud de usos, pero el espacio disponible en estos bloques es limitado, por lo que llega un momento en el que se debe construir verticalmente; es en este punto donde comienza el debate urbanístico.
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