Si les hicieran esta pregunta, probablemente la mayoría de ustedes respondería que va para pasar un día agradable al aire libre, ver a los animales y, en muchos casos, entretener a los más pequeños de la casa. Todos estos motivos son muy loables, y responden al aspecto lúdico y de entretenimiento que tradicionalmente han tenido los zoológicos. Pero atención, esta solamente es una de sus funciones, porque hay MÁS.
Pasar un día en el zoo tendría que aportar mucho más que un día de diversión, y la existencia del zoo como tal, también debería tener otros fines a parte del mero entretenimiento. Un zoo también debería tener un componente educativo e informar al público sobre las especies expuestas y la conservación de la biodiversidad. Además debería facilitar la investigación científica, de esta manera, sabriamos más sobre los animales y podríamos utilizar estos conocimientos para contribuir de una forma más eficiente en su conservación.
Está en nuestras manos el hacer que los zoos se tomen en serio el papel que tienen en la conservación de la biodiversidad, no vale con que lo digan, ¡tienen que hacerlo!.
Recorrido por un parque zoológico
Pero, ¿por qué un zoológico se ha de tomar tantas molestias?
Porque la desaparición de especies es una realidad. Así nos lo dice la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), reconocida como la entidad con mayor autoridad para la evaluación sobre el estado global de las plantas y los animales, que provee una medición real del progreso, o retraso, en el logro de la meta acordada a nivel mundial de reducir significativamente la tasa de pérdida de biodiversidad para 2010.
La Lista Roja de la UICN de 2006 muestra una clara tendencia: el aumento de la pérdida de biodiversidad” afirma Achim Steiner, director general de la UICN. El Sr. Steiner también nos recuerda que “Las implicaciones de esta tendencia para la productividad y adaptabilidad de los ecosistemas y la vida y medio de vida de millones de personas que dependen de éstas, están lejos de ser conseguidas. Revertir esta tendencia es posible, así lo prueban muchos casos exitosos. Para lograr el éxito a una escala global, necesitamos alianzas nuevas entre todos los sectores de la sociedad. Los ambientalistas por sí solos no pueden salvar la biodiversidad, esta tarea debe convertirse en una responsabilidad de todos y más de quienes tienen el poder y los recursos para actuar” .
Pero de momento la realidad es esta, un total de 784 especies han sido declaradas oficialmente “extintas” y 65 sobreviven únicamente en cría o cautiverio. De las 40.177 especies evaluadas, utilizando el criterio de la Lista Roja de la UICN , 16.119 están listadas ahora como especies en peligro de extinción. Esto incluye uno de cada tres anfibios y un cuarto de los árboles coníferos del mundo, así como una de cada ocho aves y uno de cada cuatro mamíferos. Verdaderamente estamos delante de un panorama desolador.
Y los zoos. ¿qué pueden hacer?
Los zoos forman parte de esta ” alianza ” de la que habla Achim Steiner. Por este motivo la Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (WAZA) y sus asociados han desarrollado la Estrategia Mundial de los Zoos y Acuarios para la Conservación.
Esta Estrategia proporciona a los zoos y acuarios de todo el mundo una filosofía común y define los principios y las políticas con las que se espera alcanzar la meta de la conservación. En dicha estrategia se establece que un zoológico puede contribuir a la conservación de la biodiversidad mediante la educación y concienciación del público sobre la desaparición de la biodiversidad. También mediante el apoyo de investigaciones científicas que redunden en la conservación de las especies así como el intercambio de información y recursos que ayuden a la capacitación y transmisión de conocimientos entre entidades y personal involucrado en la conservación de la biodiversidad. Por último, los zoos también suponen un soporte financiero a los proyectos de conservación que tienen lugar en los países de origen de los animales (conservación in situ ).
Iguana
Y. ¿cómo se puede saber si un zoológico contribuye a la conservación o no?
Si quieren saberlo, la próxima vez que vayan al zoo no se fijen únicamente en el “escaparate”. Vayan más allá e intenten buscar respuesta a las preguntas que planteamos a continuación.
1. Si el zoológico ha sido reformado para modernizar y mejorar las instalaciones, ¿qué especies de la colección zoológica han mantenido? ¿qué ha pasado con aquellas especies que han dejado de ser interesantes para el zoológico?
2. Los animales, ¿gozan de bienestar? Antes de responder, hay tener en cuenta que un zoológico suele ser un mosaico de alojamientos, algunos viejos y desfasados y otros modernos y actualizados. de ahí que en muchas ocasiones no resulte nada fácil generalizar
3. ¿Ofrece, el zoológico, información sobre las especies expuestas mediante la exhibición de carteles? (e.g.: nombre científico y vulgar de la especie, área de distribución, hábitat, estructura social, comportamiento, nutrición, etc.) ¿y sobre su estado de conservación ? (e.g.: CR: critically endangered; EN: endangered; VU: vulnerable; NT: near threaten. Categorías de la lista roja de la UICN )
4. ¿Se ofrecen visitas guiadas o organiza actividades sobre la conservación de la biodiversidad (ya sean coloquios, cursos, conferencias, etc.)?
5. ¿Hay charlas educativa s sobre las especies animales exhibidas en las que se hable de su biología y su estatus conservacionista? ¿están abiertas al público en general o sólo a escolares?
6. ¿El zoo evita el uso de fauna silvestre para la realización de espectáculos (delfinario, cetrería, exhibición de reptiles, etc.)? En estos espectáculos se suelen reforzar comportamientos que no forman parte del repertorio natural de la especies. Esta alteración de su patrón natural de conducta puede comprometer la competencia comportamental de los individuos disminuyendo así su viabilidad en caso de que sean reintroducidos a su hábitat natural (uno de los motivos con el que los zoos justifican la manutención de animales silvestres en cautividad)
7. ¿Los alojamientos son seguros y evitan que los animales se escapen? Es de vital importancia evitar el escape de especies exóticas potencialmente invasoras para preservar las especies autóctonas. De hecho algunas comunidades autónomas han desarrollado planes cuyo objetivo es evitar la invasión de especies exóticas. en caso que exista dicho plan, ¿el zoológico lo cumple?
8. ¿El zoológico evita que el público establezca contacto con los animales ? No hay que olvidar el riesgo que supone las zoonosis (cualquier enfermedad infecciosa que se pueda transmitir de otros animales, salvajes y domésticos, a los seres humanos o de seres humanos a los animales) para los humanos.
Nota: Hay que prestar especial atención en aquellos casos en los cuales se proponen actividades para los niños las cuales entrañan contacto con animales y, por lo tanto, la posibilidad de contraer enfermedades infecciosas ( toca-toca con reptiles, aves, etc.).
9. ¿Las instalaciones cuentan con enriquecimiento ambiental? La existencia de enriquecimiento ambiental en los alojamientos viene estipulado en la Ley 31/2003, por eso debería ser un hecho cotidiano que los zoológicos contrataran técnicos especialistas en la aplicación de programas de enriquecimiento ambiental
10. ¿El zoo contribuye económicamente con proyectos de conservación en los países de origen de los animales: conservación in situ ? Tenemos animales en cautividad que se reproducen y han sido gestionado de tal manera que la población es viable genética y comportamentalmente (cosa que dudo). Si ahora resulta que no tengo dónde reintroducirlos porque el hábitat natural de la especie ha desaparecido ¿qué hago con ellos?…
11. ¿El zoo participa en programas oficiales de cría en cautividad? (EEP (European Breeding Program, ESB (European Studbook).
Nota: otro tema de discusión sería el grado de éxito que tienen estos programas de cría en cautividad en la reintroducción de especies en peligro de extinción. Menor que la que promulgan muchos zoológicos y, desde luego, la cría en cautividad y la reintroducción tienen mayor probabilidad de éxito si se realiza en el mismo sitio (ejemplo: lince ibérico. mucho más realista que una utópica reintroducción de gorilas en el Congo)
12. ¿El zoo realiza espectáculos con especies potencialmente invasoras? (especialmente aves exóticas que puedan escaparse como la cotorra argentina)
13. ¿El centro sigue una política de control de las poblaciones (limitar las poblaciones a la capacidad de carga del recinto así como a las necesidades de la especie)? En caso negativo, ¿qué hace el zoológico con los individuos considerados excedentes ?
¿Cómo saber si el animal goza de bienestar?
Es lógico que ante todo deba primar el bienestar de las especies alojadas en los zoos. Si el animal no está en buenas condiciones, dudosa va a ser su contribución a la conservación. Por otro lado, no hay que olvidar que la inmensa mayoría de animales que se pueden ver en los zoos son animales silvestres (como un loro o una foca), es decir, no domesticados (como un perro o una vaca) y por lo tanto no adaptados a vivir bajo control humano. Por este motivo, los animales silvestres mantenidos en cautividad requieren de unos alojamientos y unos cuidados muy específicos que permiten garantizar que el animal goza del bienestar y de la salud que debería.
¿Cómo se puede saber si un animal goza de bienestar? Pues bien, obtener una respuesta a esta pregunta es mucho más complicado de lo que parece, por que supone una tarea ardua valorar todos los factores que pueden intervenir en el bienestar de un animal dejando de lado la subjetividad, pero lo que sí es indiscutible, es que el animal en cuestión, como mínimo, debería tener:
1. Agua y comida
2. Un alojamiento adecuado para desarrollar todas y cada una de sus pautas de desplazamiento (e.g. correr, nadar, excavar, trepar, braquear.etc)
3. Atención veterinaria (incluyendo atención veterinaria preventiva, la más importante si tenemos en cuenta que en muchos casos, una vez el animal enferma, poco se puede hacer para que mejore. La medicina veterinaria de especies exóticas no está tan desarrollada como podemos pensar)
4. Posibilidad de expresar sus pautas normales de comportamiento (esto implica una estructura social similar al a que cabría esperar en estado silvestre, equipamiento y complejidad del recinto adecuados, etc.)
5. Posibilidad de evitar situaciones estresantes o de miedo (para ello debe haber distancia de amortiguación entre el público y los animales; barreras visuales que el animal puede utilizar para no tener que mantener contacto visual constante con los humanos; vías de escape para esconderse, etc.)
Estos cinco principios están basados en las “Cinco libertades” desarrolladas por el Farm Animal Welfare Council (UK).
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